Chile, huevones y mucha arena

26.06.2019

La aventura continuó...por Chileee! A Chile entré para ir a San Pedro de Atacama, pueblo turístico dónde hay que parar para visitar las maravillas del desierto más famoso de Chile.

El pueblo tiene una calle principal donde están todos los restaurantes y agencias para los guiris (o Gringos como dicen en Latinoamérica), la calle caracoles. Es un pueblo con encanto la verdad...todo es marrón, del color del desierto; los caminos de tierra, los muros y los ladrillos de arcilla y arenisca y hasta los perros son marrones jaja, algo pasa...

Chile es de lejos el lugar más caro de todo mi viaje. Lo más barato que he encontrado para comer son los food trucks de la plaza de las frutas (2500 pesos chilenos, un poco mas de 3€)

Pero esta vez solo voy a pasar unos días así que se puede superar, eso sí, los tours son carísimos así que decidí alquilar una bici y ver Atacama por mi cuenta...

El primer día salí con la bici hacia Catarpe. La sensación de ir por medio del desierto y de estar en todo momento solo, sin coches ni gente, me encanta. Es sentirte de verdad en mitad de la nada, si cantas alto cantas...Hay que empaparse al cruzar un río con la bici (es un maldito desierto, se seca uno rápido) y al pasarlo a la derecha comienza la Quebrada del Diablo, un estrecho y rocoso cañón con altas y estrechas paredes que bien podían ser el mismísimo Tatooine de Star Wars.

Tras disfrutar culebreando la quebrada de diablo en bici llegué a un claro donde observé una roca igualita a la del Rey León (hoy era día de cine y nostalgia). Visitar Tatooine y descubrir la roca del rey me hicieron el niño más feliz del mundo. En fin, fricadas mías.

Al salir de la Quebrada llegue a una zona con ruinas y unas vistas preciosas de un valle vacío.

Al día siguiente volví a alquilar la bici, pero ya no iba cómodo (las bicis son un poco mierder y la bici me había dejado sin culo el día anterior, no lo podía ni apoyar, así que ese día fue más duro).

Fui a visitar Valle de la Luna, y es curioso porque los días que he estado aquí siempre se veía la luna, incluso de día, lo que hace que paisajes únicos además tengan una luna encima acompañándoles y ya sean demasiado para un mortal como yo.

El valle está lleno de minerales que dan la impresión de que estás visitando la luna; Una mezcla de desierto con rocas, blancas zonas de minerales, dunas y materiales brillantes. Salí del valle por el lado opuesto que está cerrado a vehículos y encontré una bajada de más de 1km sobre una superficie blanca que me salpicaba todo, pero como estaba disfrutando tanto ni me bajé a ver que era (era una mezcla entre nieve pero con textura salada, lo suficientemente dura para bajar con la bici sin hundirme pero lo suficientemente blanda como para llegar a salpicar hasta mi cara, algo rarísimo, nunca lo sabremos).

Por la tarde tomé un bus nocturno a Árica, frontera con Perú...y ahí acabo mi cortita experiencia Chilena. Esto ha sido un previo, volveremos con más fuerzas Chile!

Todas las fotos del Blog están hechas por ALAN CASADO.
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